jueves, 26 de junio de 2014

María Teresa Andruetto (entrevista)

“… la literatura no es el lugar de las certezas, sino el territorio de la duda. Nada hay más libertario y revulsivo que la posibilidad que tiene el hombre  de dudar, de ponerse en cuestión.”
María Teresa Andruetto, “Hacia una literatura sin adjetivos






Dijiste alguna vez “Escribo para comprender, o tal vez buscando ser comprendida. Camino de conocimiento para mí y también tal vez para quien me lee, palabras que pueden despertarnos como a la durmiente princesa de uno de mis cuentos”... ¿De qué o hacia qué necesitamos aún despertar? 

Pienso que hacia un mayor grado de conciencia, de sensibilidad, de experiencia. Un buen lector es también, como dijo Oscar Masotta del escritor, una conciencia dialogando con el mundo.


Dice Roland Barthes, que escribir en el placer, no asegura al escritor la existencia del placer de su lector, pero que es preciso buscar a ese lector, “rastrearlo”, sin saber dónde está, porque entonces se crea un espacio de goce. No es la "persona" del otro lo que se necesita, sino el espacio, la imprevisión del goce: ese lugar donde las cartas no estén echadas sino que haya juego todavía… ¿Es imaginando ese espacio que se escribe?
 
Seguramente para cada hombre o mujer que escribe eso ha de ser diferente, en cuanto a mí no es tanto al posible lector lo que imagino, sino la escena que pide ser narrada, una escena que me perturba o me interroga y que, en el camino de escritura, intento comprender. Si logro algo de eso, si de verdad algo de eso sucede en el camino de escritura (asunto que es siempre imprevisible, misterioso), entonces ese otro imaginario, ese que está tal vez al otro lado de la página, llega. 

Publicaste el libro de poemas "Beatriz", tomando palabras, a veces frases, de Beatriz Vallejos, “barajándolas y dándolas de nuevo”… Dijiste que –además de ser ella una poeta intensa y delicadísima– representa en buena parte el modo en que vos concebís la poesía’. ¿Cuál es ese modo? 

Bueno, ella es una poeta periférica, una poeta de lo mínimo, sentí en ese sentido mucha comunicación con ella, con su palabra. Pienso que es predominantemente así también mi poesía (lo doméstico, lo pequeño, un tono menor), aunque quizás no sea así todo lo que escribo, porque me gusta explorar diversas zonas y creo que mucha de mi narrativa va por otros caminos.

Sigo con más palabras de Beatriz Vallejos: “Yo quería hacer algo que fuera legítimo, no una innovación porque sí. Yo no quería “impactar” sino legitimar una voz”… ¿Es eso lo que hace una escritora puesta a escribir: ¿legitimar una voz? 

Lo decía en el sentido de que me gusta explorar en las formas pero no me interesa la innovación por la innovación misma, me interesa mucho el trabajo con las formas, eso sí, pero siempre al servicio de algo más hondo que ellas mismas (soy un narrador que escribe sobre cosas más importantes que él, decía Pavese…). No pretendo provocar cuando escribo, ni espantar a nadie, sólo quisiera ir más hondo cada vez, eso nomás. Y para eso, entonces, exploro en el lenguaje hasta donde me es posible, hasta encontrar la que creo es la mejor manera de llegar a esa profundidad que busco.

Otra cosa que dice Vallejos, es que “el primer principio de la dignidad es ser libre, y ser libre es existir poéticamente… ¿Cuándo escribís poesía, corriéndote de otros géneros en los que podrías haberte quedado, sentís que estás ejerciendo ese primer principio de la dignidad, la de ser libre, la de existir poéticamente?   ¿Implica la exploración de los distintos géneros que hiciste y este volver cada tanto a la poesía, entre otras cosas, un modo de ruptura de la homogeneidad y un modo de resistencia ante la demanda de las tendencias del mercado? 

Poesía o novelas, o cuentos o libros para niños…, todo lo que he escrito, bien o mal escrito, ha nacido de necesidades muy profundas. Nunca he escrito “para el mercado”, tampoco la narrativa, he escrito cada vez para llegar a eso que necesitaba comprender, pero claro, una vez escrito lo escrito, si me conforma lo que he hecho lo ofrezco a algún editor y si el libro sale, apoyo su circulación, me gusta que se lea, me gusta que circule, lo acompaño, me hago cargo de esa palabra que he escrito, la reconozco propia. Creo que hacerse cargo de lo que uno escribe es parte del ser escritor.

La última frase que tomo de Vallejos: “...Ninguna ceremonia más simple y misteriosa que un puñado de arena en las manos. Todo chico lo sabe. Tal vez no sabe que es una ceremonia de enfrentarse con el infinito. Pero la realiza. Un buen libro en las manos de un chico, ¿podría equivaler a ese puñado de arena? 

Quién sabe, quizás más que eso, porque un libro deja huellas, huellas más perdurables que las  nuestras en la arena.

Dijo, hace tiempo, Ema Wolf que “hay una sensualidad en el acto de leer que la escuela no acaba de considerar”… ¿Cómo ves hoy la relación de las escuelas con la lectura y la escritura? 

Me parece que la escuela es un espacio necesario para construir lectores, más que necesario, indispensable. La escuela es el gran espacio de transformación social si consideramos que debemos incluir más y más sectores sociales al conocimiento y a la lectura. Tiene razón Ema Wolf en el sentido de que la escuela no siempre considera ese encuentro sensual/individual del lector con el libro, pero puede llegar a hacerlo con maestros que sean lectores apasionados, puede acercar de ese modo libros a niños y jóvenes que no tienen ese espacio en sus casas.

Algunos de tus libros como “El árbol de lilas”, “Solgo”, “Trenes”, han contado con el aporte artístico de ilustradores… María Elena Walsh cuando refería a las fotógrafas Sara Facio y Alicia D´Amico, las llamaba: “promotoras de la inquietud de la mirada”, de “otro punto de vista”… ¿Podríamos pensar en los ilustradores, hoy, como “promotores de la inquietud de la mirada?... 

Los ilustradores son artistas plásticos capaces de narrar con imágenes.

Hace un tiempo leí un texto de Clarice Lispector, “Acordarse”, en el que dice: “Muchas veces escribir es acordarse de lo que nunca existió. ¿Cómo lograré saber lo que ni siquiera sé? Así, como si me acordase…” ¿Nos permiten la escritura y la lectura con su dimensión de reescritura, construir una “otra” memoria, la posibilidad de reinventarnos? 

Nos permite imaginar mundos posibles para poder luego volver a nuestros mundos y modificarlos, valorar lo que tenemos o ir en busca de lo que no tenemos. También los relatos que escribimos o leemos, nos permiten cohesionar nuestra identidad, contarnos a nosotros mismos quienes somos, qué deseamos de nosotros mismos y de nuestro lugar en el mundo. Y quizás muchas otras cosas que desconocemos, porque pienso que el arte es a lo social lo que el sueño al psiquismo individual, una condición necesaria para mantener cierto equilibrio, cierta salud. 

Decía Atahualpa Yupanqui: Los pueblos, los hombres se enfrían por ausencia de espíritu. Pero estamos nosotros, con pedernal y yesca, con melodías y cantares, poemas y reflexiones, alto desvelo y sueños de todo tipo, para entibiar las horas de aquellos que no quieren congelarse todavía. ¿Frente a qué nos ofrece reparo el abrigo de lo escrito? 

Quién sabe, tal vez frente a la soledad que a todos en mayor o menor medida nos habita.

Escribió Kafka en 1904 a su amigo Oskar Pollak -: “… creo que sólo debemos leer libros que nos muerdan y nos arañen. Si el libro que estamos leyendo no nos obliga a despertarnos como un mazazo en el cráneo, ¿Para qué molestarnos en leerlo? ¿Para qué nos haga felices, como dices tú? Cielo santo, ¡Seríamos igualmente felices si no tuviéramos ningún libro! Los libros que nos hacen felices podríamos escribirlos nosotros mismos si no nos quedara otro remedio. Lo que necesitamos son libros que nos golpeen como una desgracia dolorosa, como la muerte de alguien a quien queríamos más que a nosotros mismos, libros que nos hagan sentirnos desterrados a las junglas más remotas, lejos de toda presencia humana, algo semejante al suicidio. Un libro debe ser el hacha que quiebre el mar helado dentro de nosotros. Eso es lo que creo.  ¿Qué hubieras contestado a esta nota, si hubieras sido la destinataria de Franz Kafka? 

El habla de libros que nos despierten. Creo que los buenos libros hacen eso en nosotros, despiertan alguna zona dormida, anestesiada de nosotros mismos. Expanden nuestra sensibilidad, nuestra experiencia, nos vuelven más humanos….

No voy a preguntar acerca de la importancia de los premios que recibiste, puedo imaginarlo. Pero a esos grandes reconocimientos, voy a sumar el de los lectores… y entonces unas palabras de Doménico Cieri Estrada, “La literatura es magia, es aparecer entre la gente sin estar físicamente, es entrar en las almas sin tener que tocar la puerta”. ¿Imaginaste alguna vez, cobrar esas dimensión mágica de estar entre la gente sin estar, entrar a distintos espacios – incluso en otros países - sin golpear la puerta? ¿Cómo se convive con esa magia? 

No fui tan consciente de eso por mucho tiempo, después si, empecé a ver cómo creía eso, por gente que me escribe, me deja mensajes, me comenta algo, experiencias hondas de lectura. Es, como bien decía, algo mágico, siempre lo vivo como un gran regalo, un extraordinario regalo de la vida que, de todo lo que hay para leer, un lector me elija, elija un libro que he escrito yo. 

Miro mi casa, pienso en Pizarnik cuando dice “el silencio es cierto. Por eso escribo. Estoy sola y escribo. No, no estoy sola. Hay alguien aquí que tiembla”…Estás aquí, sin estar, María Teresa Andruetto. No golpeaste la puerta. Magia, dicen. Magia, creo. Releo las preguntas, los apuntes, los libros – los párrafos que marqué con resaltador y los que resalté con la mirada -. Los cierro, me sacudo las manos, tengo arena. Ahora hago silencio, y espero.-

Gracias María Teresa Andruetto, por la magia, por la arena, por el fuego.- 

Ivanna Rosselli.-
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Acerca de María Teresa Andruetto:
María Teresa Andruetto nació el 26 de enero de 1954 en Arroyo Cabral, provincia de Córdoba, Argentina. Es egresada de la carrera de Letras, de la Universidad Nacional de Córdoba. Ejerció paralelamente el periodismo y la docencia en el nivel medio y superior en diversas instituciones. Contribuyó a fundar y formó parte del equipo docente y ejecutivo del CEDILI (Centro de Difusión e Investigación de la Literatura Infantil y Juvenil), Córdoba, secretaria de redacción de la revista Piedra Libre - publicación especializada en literatura infanto-juvenil del CEDILIJ – y miembro del consejo asesor del PROPALE (Programa para la lectura/Universidad Nacional de Córdoba).- 

Formo parte de numerosos planes de lectura municipales, provinciales y nacionales y equipos de capacitación a docentes en lectura y escritura creativa, acompañó procesos de escritura con niños, adolescentes, jóvenes en riesgo social y adultos y ejerció la docencia en los niveles medio y terciario.

Publicó novelas, libros de cuentos, poemarios, ensayos y obras de teatro para adultos. Para niños y jóvenes, Stefano, Veladuras, El anillo encantado, Huellas en la arena, La mujer vampiro, Benjamino, Trenes, La durmiente, La serie Fefa es así, El árbol de lilas, Agua cero, La niña, el corazón y la casa, entre otros…


Premios y distinciones: Entre las lista de premios, distinciones, y reconocimientos, el día 25 de agosto de 2012, la escritora María Teresa Andruetto recibió el Premio Hans Christian Andersen dentro del marco del 33º Congreso Internacional de IBBY realizado en Londres.-

El premio Hans Christian Andersen, designado con frecuencia como el "Pequeño Premio Nobel" de la narrativa infantil, es un galardón internaciónal que concede, con frecuencia bianual, como reconocimiento a una «contribución duradera a la literatura infantil y juvenil». Se concede en dos categorías: autores e ilustradores/as.

El premio deriva su nombre del escritor danés Hans Christian Andersen y los ganadores reciben una medalla de oro y un diploma de manos de la reina de Dinamarca.
Además del galardón, se publica una «Lista de Honor» con una selección de novedades de los dos años anteriores, seleccionadas por las diferentes secciones nacionales de la institución, con el ánimo de reconocer la excelencia en la ilustración y la literatura para niños y jóvenes.
Para más información acerca de la autora:
http://www.teresaandruetto.com.ar/